Italia es toda ella un parador de turismo, un vasto país que ofrece al visitante mil secretos por descubrir. Tantos, que se hace muy difícil resumirlo en tan corto espacio.
Podríamos hacer una primera división entre turismo artístico o arqueológico y turismo de recreo o placer. Si nos decidimos por el primero podemos optar por diferentes lugares. Si lo nuestro es revivir el esplendor del antiguo imperio, nada mejor que Roma o Pompeya.
En Roma contemplaremos todo el clasicismo y racionalidad de la vieja civilización, pero sólo Pompeya nos permitirá sumergirnos en el tiempo, caminar por las calles en que caminaron los romanos antaño o descubrir, estupefactos, la existencia de explícitos burdeles. Y si queremos avanzar en la historia y navegar por la Edad Media, pues nos vamos Módena, o a Lucca, la ciudad amurallada. Incluso podemos hacernos una foto en Pisa.
Pero, tal vez, lo nuestro no es admirar piedras, sino contemplar obras artísticas y recorrer hermosas ciudades. Entonces, debemos hacer un alto en Florencia. Visitar sus museos, admirar las obras de los grandes artistas del renacimiento y, extasiarnos con la luz del sol sobre el río Arno y su Ponte Vecchio.
Sin embargo, si somos muy románticos, lo que necesitamos es una ciudad de ensueño. En ese caso necesitaremos recorrer Venecia, la ciudad sobre el agua. Allí, podremos pasear en góndola rodeados de edificios coloristas y lunáticos. Milán, la ciudad más cosmopolita, y Roma, barroca y retorcida en su corazón, harán también nuestras delicias.
Ahora bien, si lo que queremos es paz o bullicio tendremos que elegir otras latitudes. Nápoles es la ciudad exótica por excelencia; la ciudad de la gente, del mar y de los mil matices. Todo el sur es, en fin, un paraíso por descubrir. Zonas turísticas de playa las encontraremos en la ribera del adriático y en la Isla de Capri. Pero si lo que buscas son playas vírgenes y recónditas, lo tuyo es Cerdeña, Sicilia o Calabria.
Como hemos dicho, Italia es para recorrerla de punta a punta. Nos permitimos, sin embargo, recomendar algunas visitas en las ciudades más importantes:
Milán
El duomo, los restos de la ciudad romana en las cercanías de la Academia Ambrosiana, las bellas callejuelas de los alrededores de la catedral, la piazza Mercanti, uno de los pocos elementos medievales en la ciudad.
Venecia
Venecia, la ciudad sobre el mar, es un sentimiento que hay que experimentar, un perfume por el que hay que dejarse deslumbrar, una tonalidad que embriaga los sentidos. Por eso, no la vistes de una forma turística, deja que tus pasos y tus remos te guíen: la Piazza San Marco, el corazón de la ciudad, la basílica de San Marcos, la Torre dell'Orologio, el Palazzo Ducale, el Ponte de Rialto, las isla de Murano, Burano, Torcello...
Florencia
Una de las ciudades más bellas del mundo. No hay nada como caminar por la Piazza della Signoria, el famoso Pallazzo Vecchio, Santa Maria Novella, Santa Maria del Carmine, San Lorenzo, la biblioteca Laurenziana, el Santo Spirito y San Miniato.
Roma
Encera tus botas, revisa tus suelas y prepárate para sufrir una fuerte sobrecarga en tus piernas, porque Roma es la ciudad interminable, la ciudad que no se acaba nunca, la ciudad cuyas calles siempre esconden algo. Roma es la encarnación del tiempo, la fosilización de los movimientos artísticos que han recorrido el planeta. Imposible de describir, imposible de resumir.