Conocida como el Tigre Asiático y ubicada casi en el ecuador, Singapur, cuenta con casi 5 millones de habitantes y se ha convertido en un icono mundial. Es una ciudad y país cosmopolita y multitudinario, de edificios altos, históricos, museos, centros comerciales, y más de 400 parques públicos, un gran número de playas y una selva tropical. Este gigante económico de Asia, te ofrece conciertos, eventos y vida en la calle a cualquier hora de día. Piérdete por Chinatown, entre sus adivinos, calígrafos y adoradores de templos, compra materiales para confeccionar ropa en Little India, o oye el rezo de la Mezquita del Sultán desde las pequeñas calles de Arab Street. La combinación de un rico pasado oriental y colonial con la modernidad occidental, hacen de Singapur un destino atractivo.
Qué ver y qué hacer
Resulta muy interesante entrar en los templos, para lo cual hay que sacarse los zapatos, y asistir a sus ritos con música de fondo. Gentiles, ofrecen su arroz ritual cuando ven a un visitante interesado y preguntón, y no corresponde rechazar ese arroz naranja y de gusto dulce, por una cuestión de educación, primero, y segundo porque en Singapur no existe ninguna de las enfermedades que sí hay en los otros países de la región. Singapur es una gran mezcla. Las publicidades, los nombres de calles y edificios, los carteles, están escritos en inglés. Los diarios principales también, aunque cada comunidad tiene los suyos. Y cada colectividad aporta sus dialectos; los chinos, teochew, hakke, cantonés; los indios, sikh, gujarati; pero los principales son el malayo y el tamil, hablado por el 80 por ciento de los indios. La ciudad cuenta con un magnífico jardín botánico que ofrece, además, un jardín de orquídeas único en el mundo, con más de 60.000 especies. Una curiosidad: algunas de esas orquídeas han sido rebautizadas con motivo de la visita de algún jefe de Estado extranjero; hay una orquídea Margaret Thatcher, una Eduardo Frei y también una Nelson Mandela.
Qué se cuece en
Hay una comida malaya, el epok epok, que contiene una mezcla de patata, huevo y pollo, además de abundantes especias. Un hecho que llama mucho la atención es que todos comen platos pesados y picantes en el desayuno. El plato típico matinal es el chee cheong fun, una masa de varias capas hecha de harina de arroz, hervida y acompañada por salsa de soja, aceite de sésamo, semilla de sésamo y chili. En cuanto a las frutas, la variedad es muy grande. No sólo cuentan con las clásicas occidentales, sino con el magnífico durián. Dos muy extrañas para el occidental son la fruta diablo, de Vietnam, y la estrella.