El antiguo territorio del pueblo galo es hoy uno de los países más bellos de Europa: Francia. Primera República europea moderna y una de las grandes potencias mundiales de la actualidad, Francia no es sólo París, la Torre Eiffel y el museo del Louvre: también es los viñedos que festonean su campiña; las playas de la Costa Azul; el inquietante paisaje de los menhires en Carnac; o el invitante encanto de sus pueblitos.
Francia es una tierra diversa, multicultural y, por muchos motivos, uno de los países más atractivos de Europa. Cada región de Francia destila un aire propio, un estilo particular. De hecho, los habitantes de cada región se refieren a ella con el apelativo de `mon pays`, mi país. Recorrer Francia significa, por tanto, recorrer muchos, diversos, bellos y cuidados países.
Gastronomía
La cocina francesa tiene una fama mundial por todos conocida. La fama del buen comer francés es en gran medida responsabilidad de la variedad de su cocina regional. Tanto en la costa noroeste como en la mediterránea encontramos pescados de calidad, así como criaderos de marisco, ostras y mejillones, especialmente en la zona de Aquitania, Charente, Normandía y Bretaña. Los ríos franceses ofrecen también buen pescado, mientras que en valles y colinas encontramos la `huerta francesa`, su variedad ganadera y los productos lácteos, especialmente sus más de 400 variedades de quesos. Los más famosos son Brie, Roquefort, Camembert y los de cabra.
Compras
Artesanías, vino y quesos son algunas de las mejores opciones para comprar en Francia. De decantarse por los vinos, lo mejor es acudir directamente a los productores `vignerons`, o a las `Maisons o Syndicats du Vin´ (cooperativas). Para comprar una muestra de la enorme variedad de quesos franceses, lo más aconsejable es hacerlo en una fromagerie, donde como mínimo suelen tener unas 200 variedades. París pone a su alcance prendas de alta costura, perfumes, lencería y artesanía.